jueves, 2 de mayo de 2013
Ejercicios durante el embarazo
Si bien no tendrá deseos de correr un maratón, hacer
algún tipo de ejercicio físico durante el embarazo es beneficioso para la
mayoría de las mujeres. Pero durante este período tendrá que conversar sobre
sus planes de hacer ejercicio con su médico desde un principio y modificar los
ejercicios de su rutina normal. El nivel de ejercicio recomendado dependerá, en
parte, de su estado físico antes del embarazo.
Los beneficios de hacer ejercicio
durante el embarazo
No hay duda de que el ejercicio es beneficioso tanto
para usted como para su bebé (si no surgen complicaciones que limiten su
capacidad de hacer ejercicio durante todo el embarazo). El ejercicio puede
ayudarla a lograr lo siguiente:
- sentirse mejor. En un momento en que usted se pregunta si es posible que ese cuerpo tan extraño sea suyo, el ejercicio puede aumentar su sensación de control y el nivel de energía. No sólo la hará sentirse mejor al liberar endorfinas (sustancias químicas que produce el cerebro), sino que le permitirá lo siguiente:
- aliviar los dolores de espalda y mejorar su postura al fortalecer y tonificar los músculos de la espalda, los glúteos y los muslos
- reducir la constipación al acelerar el movimiento intestinal
- prevenir el deterioro de las articulaciones (que tienden a aflojarse durante el embarazo a causa de los cambios hormonales) al activar el líquido sinovial que actúa como lubricante
- ayudarla a dormir mejor al aliviar el estrés y la ansiedad que la hacen estar inquieta durante la noche
- verse mejor. El ejercicio aumenta el flujo sanguíneo hacia la piel, otorgándole un aspecto más fresco y saludable.
- prepararse y preparar su cuerpo para el nacimiento del bebé. El parto será más fácil si sus músculos son fuertes y su corazón está en buen estado. El control de la respiración también puede ayudarla a enfrentar el dolor. Y en el caso de un parto prolongado, la capacidad de resistencia al dolor juega un papel muy importante.
- recuperar más rápido la silueta que tenía antes del embarazo. Acumulará menos grasa durante el embarazo si continúa haciendo ejercicio (en el caso de haber hecho ejercicio antes de quedar embarazada). Pero no trate de adelgazar haciendo ejercicio durante el embarazo. Para la mayoría de las mujeres, el objetivo es mantener su estado físico mientras está embarazada.
Aunque todavía se discute acerca de los beneficios
adicionales que aporta el ejercicio durante el embarazo, algunos estudios han
demostrado que el ejercicio puede incluso disminuir el riesgo de que una mujer
sufra complicaciones, como la preeclampsia y la diabetes gestacional.
¿Cuál es un plan adecuado de
ejercicios durante el embarazo?
Esto depende del momento en que comienza el plan y de
si su embarazo presenta complicaciones. Si hizo ejercicio con regularidad antes
de quedar embarazada, continúe con su programa, con ciertas modificaciones
según sean necesarias.
Si no estaba en forma antes de quedar embarazada, no
se preocupe. Comience despacio y vaya aumentando el nivel de manera gradual a
medida que se fortalece. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de los
Estados Unidos recomienda al menos 150 minutos (2 horas y media) de actividad
aeróbica de intensidad moderada por semana para las mujeres saludables que no
son muy activas ni realizan una actividad enérgica. Si usted goza de buena
salud, los riesgos de una actividad de intensidad moderada durante el embarazo
son muy bajos, y no aumenta el riesgo de que su bebé tenga poco peso, de que el
parto sea prematuro o de que pierda el embarazo.
Antes de continuar con su antigua rutina de ejercicios
o de empezar una nueva, debe hablar con su médico sobre el tema de ejercitarse
durante el embarazo. Converse con él acerca de cualquier duda que tenga.
Tendrá que limitar el ejercicio si se presentan los
siguientes problemas:
- hipertensión inducida por el embarazo
- contracciones tempranas
- hemorragia vaginal
- ruptura prematura de las membranas, también conocida como “ruptura de la bolsa” (la bolsa de líquido amniótico que rodea al feto)
¿Qué tipo de ejercicios puede hacer?
Esto depende del tipo de ejercicio que le guste y del
consejo del médico. A muchas mujeres les gusta bailar, nadar, realizar
ejercicios aeróbicos en el agua, hacer yoga, pilates, practicar ciclismo o
caminar. La natación es especialmente atractiva, ya que le otorga una sensación
boyante (poder flotar y sentir que su cuerpo no pesa). Intente una combinación
de ejercicios cardiovasculares (aeróbicos), de fuerza y de flexibilidad, pero
evite todo movimiento que implique saltar.
Muchos expertos recomiendan caminar. Es fácil
modificar el ritmo, agregar subidas y distancia. Si está comenzando, camine a
un paso moderado un kilómetro y medio, tres veces por semana. Sume un par de
minutos cada semana, aumente la velocidad y, por último, agregue pendientes en
subida a su circuito. Cualquiera sea su nivel, avanzado o principiante, camine
despacio los primeros 5 minutos para entrar en calor y utilice los últimos 5
para reducir el ritmo de actividad.
Si usted solía correr antes de quedar embarazada, en
muchos casos puede continuar corriendo durante el embarazo, aunque tal vez deba
modificar su rutina.
Cualquiera sea el tipo de ejercicio que usted y su
médico decidan que es adecuado, la clave es prestarles atención a las señales
que envía su cuerpo. Muchas mujeres, por ejemplo, se marean durante los
primeros meses de embarazo, y a medida que el bebé crece, su centro de gravedad
cambia. Por lo tanto, es probable que les sea difícil mantener el equilibrio,
en especial durante el último trimestre.
Su nivel de energía podría variar bastante día a día.
Y a medida que su bebé crezca y comprima sus pulmones, notará que disminuye su
capacidad para inhalar aire (junto con el oxígeno que contiene) mientras hace
ejercicio. Si el cuerpo le pide parar, ¡pare!
Su cuerpo le está indicando que tiene que parar si
ocurre lo siguiente:
- se siente cansada
- está mareada
- tiene palpitaciones (fuertes latidos del corazón)
- le falta el aire
- siente dolor en la espalda o en la pelvis
Y si no puede hablar mientras hace ejercicio, quiere
decir que lo está haciendo de una manera muy vigorosa.
Tampoco es bueno para su bebé que la temperatura de su
cuerpo aumente a más de 102,6 grados Fahrenheit (39 grados centígrados). Esto
puede ocasionar problemas en el desarrollo del feto, en especial durante el
primer trimestre, y llegar a provocar defectos de nacimiento. Por eso, se
recomienda no hacer demasiado ejercicio durante los días de mucho calor.
Cuando haga calor, no practique ejercicio al aire
libre durante las horas más calurosas (de 10 a. m. a 3 p. m.) o practíquelo en
un lugar que tenga aire acondicionado. También recuerde que la natación no le
permite darse cuenta de si la temperatura de su cuerpo está aumentando
demasiado, ya que el agua le brinda una sensación de frescura.
Ejercicios que debe evitar
La mayoría de los médicos recomiendan que las mujeres
embarazadas deben evitar aquellos ejercicios que requieran acostarse boca
arriba después del primer trimestre.
Salvo que su médico le indique lo contrario, también
es aconsejable evitar actividades que impliquen lo siguiente:
- rebotar
- ejercicios de impacto (cualquier movimiento que requiera bajar y subir)
- saltar
- cambiar bruscamente de dirección
- arriesgarse a lesionarse la zona abdominal
Se suele aconsejar evitar deportes que tengan algún
tipo de contacto físico, el esquí alpino, el buceo y la equitación, por las
lesiones que pueden causar.
Si bien algunos médicos consideran aceptable tomar una
clase aeróbica de step, siempre y cuando reduzca la altura del escalón a medida
que avanza el embarazo, otros médicos indican que hay más posibilidades de
caerse dado el cambio del centro de gravedad de la embarazada. Si decide hacer
gimnasia aeróbica, asegúrese de no agitarse en exceso al punto de terminar
extenuada.
Y consulte con su médico si presenta algunos de estos
síntomas al practicar cualquier tipo de ejercicio:
- hemorragia vaginal
- dolor inusual
- mareos o aturdimiento
- falta de aire inusual
- latidos acelerados del corazón o dolor de pecho
- pérdida de líquido por la vagina
- contracciones uterinas
Ejercicios de Kegel
Si bien los efectos de los ejercicios de Kegel no se
pueden percibir visualmente, algunas mujeres los utilizan para reducir la
incontinencia (pérdida de orina) que el bebé causa al apoyarse sobre la vejiga.
Los ejercicios de Kegel ayudan a fortalecer “los músculos del piso pelviano”
(los músculos que ayudan a controlar la vejiga).
Los ejercicios de Kegel son fáciles y los puede hacer
en cualquier momento que tenga unos pocos segundos libres: mientras está
sentada en el auto, detrás del escritorio o parada en una tienda. ¡Nadie se
dará cuenta de que los está practicando!
Para ubicar los músculos que debe utilizar, haga
cuenta de que quiere dejar de orinar. Contraiga esos músculos por unos pocos
segundos y luego aflójelos. Si está utilizando los músculos correctos, sentirá
un tirón. O coloque un dedo en el interior de su vagina y sienta cómo se
contraen. Su médico también la puede ayudar a identificar los músculos
correctos.
Al hacer los ejercicios de Kegel, tenga en cuenta lo
siguiente:
- No contraiga otros músculos (estómago o piernas, por ejemplo) al mismo tiempo. Tiene que concentrarse en los músculos que está ejercitando.
- No contenga la respiración mientras hace los ejercicios, ya que es importante que su cuerpo y los músculos continúen recibiendo oxígeno cuando practica cualquier tipo de ejercicio.
- No practique en forma regular los ejercicios de Kegel mientras orina, ya que esto puede hacer que la vejiga no se vacíe por completo, lo que aumenta el riesgo de padecer una infección urinaria.
Cómo comenzar
Siempre consulte con su médico antes de empezar cualquier
programa de ejercicios. Una vez que esté lista para comenzar, haga lo
siguiente:
- Comience poco a poco. Si no ha estado activa, 5 minutos de ejercicio por día es una buena manera de comenzar. Agregue 5 minutos cada semana hasta llegar a los 30 minutos.
- Use vestimenta cómoda y holgada, y póngase un sostén adecuado para proteger sus pechos.
- Beba mucha agua para evitar el aumento excesivo de la temperatura de su cuerpo y la deshidratación.
- No haga ejercicio si está enferma.
- Opte por caminar en un centro comercial que tenga aire acondicionado durante los días calurosos y húmedos.
- Sobre todo, hágale caso a las señales que le envía su cuerpo.
Embarazo (Wikipedia)
Embarazo
El embarazo o gravidez (del latín gravitas)
es el período que transcurre entre la implantación
en el útero del cigoto, el momento del parto en cuanto a los
significativos cambios fisiológicos, metabólicos
e incluso morfológicos que se producen en la mujer encaminados a proteger, nutrir y
permitir el desarrollo del feto, como la interrupción de los ciclos menstruales,
o el aumento del tamaño de las mamas para preparar la lactancia.
El término gestación hace referencia a los procesos fisiológicos
de crecimiento y desarrollo del feto
en el interior del útero
materno.
En teoría,
la gestación
es del feto y el
embarazo es de la mujer,
aunque en la práctica muchas personas
utilizan ambos términos como sinónimos.
En la especie humana
las gestaciones suelen ser únicas, aunque pueden producirse embarazos múltiples. La aplicación de técnicas
de reproducción asistida está haciendo aumentar la incidencia de embarazos
múltiples en los países desarrollados.1
El embarazo humano dura unas 40 semanas desde el
primer día de la última menstruación o 38 desde la fecundación (aproximadamente
unos 9 meses). El primer trimestre es el momento de mayor riesgo de aborto espontáneo; el inicio del tercer
trimestre se considera el punto de viabilidad del feto (aquel a partir del cual
puede sobrevivir extraútero sin soporte médico).
Definición y tipos
En 2007 el Comité de Aspectos Éticos de la
Reproducción Humana y la Salud de las Mujeres de la Federación
Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) definió al embarazo como la
parte del proceso de la reproducción humana que comienza con la implantación
del conceptus en la mujer. El embarazo se inicia en el momento de la nidación y termina con el parto. La definición legal
del embarazo sigue a la definición médica: para la Organización Mundial de la Salud
(OMS) el embarazo comienza cuando termina la implantación, que es el proceso
que comienza cuando se adhiere el blastocito
a la pared del útero (unos 5 o 6 días después de la fecundación)[cita requerida]. Entonces
el blastocito atraviesa el endometrio uterino e invade el estroma.
El proceso de implantación finaliza cuando el defecto en la superficie del epitelio
se cierra y se completa el proceso de nidación, comenzando entonces el
embarazo. Esto ocurre entre los días 12 a 16 tras la fecundación.
Se denomina embarazo ectópico o extrauterino al que se
produce fuera del útero, por una implantación anómala del óvulo fecundado
(habitualmente en alguna de las dos trompas de
Falopio) y con mucha menos frecuencia en la cavidad peritoneal (embarazo abdominal) y otros sitios.
Características generales
El embarazo se produce cuando un espermatozoide
alcanza y atraviesa la membrana celular del óvulo, fusionándose los
núcleos y compartiendo ambos su dotación genética para dar lugar a una célula
huevo o cigoto,
en un proceso denominado fecundación. La multiplicación celular del
cigoto dará lugar al embrión, de cuyo desarrollo deriva el individuo adulto.
La embriología
es la parte de la medicina que estudia el complejo proceso de desarrollo
embrionario desde el momento de la fecundación hasta la formación del feto, que
es como se denomina al organismo resultante de este desarrollo cuando aún no ha
tenido lugar el parto.
Dentro del útero, el feto está flotando en el líquido amniótico, y a su vez el líquido y el
feto están envueltos en el saco
amniótico, que está adosado al útero. En el cuello del útero, se
forma un tapón de mucosidad densa durante el embarazo para dificultar el
ingreso de microorganismos que provoquen infección intrauterina. Este tapón
será expulsado durante el inicio del trabajo de parto.
Mientras permanece dentro, el cigoto, embrión o
feto obtiene nutrientes
y oxígeno
y elimina los desechos de su metabolismo a través de la placenta.
La placenta está anclada a la pared interna del útero y está unida al feto por
el cordón umbilical. La expulsión de la placenta
tras el parto se denomina alumbramiento.
Calendario
De acuerdo a su desarrollo, el embarazo se suele
dividir en tres etapas de tres meses cada una, con el objetivo de simplificar
la referencia a los diferentes estados de desarrollo del feto.
Durante el primer trimestre el riesgo de aborto es mayor
(muerte natural del embrión o feto). Esto tiene mayor incidencia en embarazos
conseguidos mediante fecundación in vitro, ya que el embrión implantado
podría dejar de desarrollarse por fallos en los cromosomas heredados de los
gametos de sus progenitores.
Durante el segundo trimestre el desarrollo del
feto puede empezar a ser monitorizado o diagnosticado.
El tercer trimestre marca el principio de la viabilidad —aproximadamente después de la
semana 25— que quiere decir que el feto podría llegar a sobrevivir de ocurrir
un parto prematuro, parto normal o cesárea.
Fecha probable de parto
Los cálculos para determinar la fecha probable
del parto (FPP) se realizan usando la fecha de la última menstruación o por
correlaciones que estiman la edad gestacional mediante una ecografía.
La mayoría de los nacimientos ocurren entre la semana 37 y 42 después del día
de la última menstruación y solo el 5% de mujeres dan a luz el día exacto de la
fecha probable de parto calculada por su profesional de salud.
Usando la fecha de la última menstruación, se le
añade siete días y se le resta tres meses, dando la fecha probable de parto.
Así, una fecha segura de última menstruación del 26 de noviembre de 2007,
producirá una fecha probable de parto para el 3 de septiembre de 2008 -se usa
el año siguiente al año de la última regla. Si la fecha de la última
menstruación cae en los primeros dos meses, se mantiene el año en curso, en
todos los demás meses, se usa el año subsiguiente. Así, una fecha segura de
última menstruación del 12 de enero de 2008, produce una fecha probable de
parto para el 19 de octubre de 2008 -el año se mantiene.
Detección y fecha de fecundación
El principio del embarazo puede ser detectado de
diferentes maneras, incluyendo varias pruebas de embarazo que detectan hormonas
generadas por la placenta recién formada. Pruebas clínicas de orina y de sangre
detectan el embarazo desde los 6 a 10 días después de la concepción.
Las pruebas de embarazo caseras son pruebas de orina personales, que
normalmente no pueden detectar un embarazo sino hasta 12-15 días después de la
fecundación. Ambos tipos de prueba solamente pueden detectar si la mujer está o
no embarazada, pero no la fecha de inicio del embarazo.
Signos presuntivos del embarazo
Tal vez el primer signo presuntivo del embarazo
sea la amenorrea o ausencia del período menstrual. Debido a que puede ocurrir
amenorrea por causas distintas a un embarazo, no siempre es tomada en cuenta,
especialmente si la mujer no tiene ciclos regulares. Sin embargo, pueden
presentarse varios signos más que, junto a la amenorrea sugieren un embarazo,
como son: la hipersensibilidad en los pezones, mareos, vómitos matutinos,
somnolencia, alteración en la percepción de olores, y deseos intensos de
ciertos tipos de alimentos (antojos). Esto lo puedes notar a partir del segundo
al tercer mes de la concepción.
Fatiga
Otro signo de sospecha del embarazo es el
cansancio, caracterizada por astenia, debilidad y somnolencia. Aunque algunas mujeres
sienten renovada energía, la mayoría confesarían sentir intensa fatiga. Algunas
afirman quedarse dormidas a cualquier hora del día, a veces al poco de haber
salido de la cama, y otras aseguran sentir tal somnolencia en la sobremesa.
Otras sienten cansancio pronunciado al llegar la noche. Dicha fatiga es a
menudo incontrolable y exige el sueño. Nunca se ha encontrado una explicación a
este extraño deseo de dormir. Es un síntoma frecuente en los primeros meses del
embarazo y se cree que es un efecto de la elevada producción de progesterona.
Esta hormona es un sedante para los seres humanos, con fuertes efectos
tranquilizantes e hipnóticos.4
En las etapas posteriores se presenta otro tipo de fatiga debida simplemente a
cansancio corporal, pero rara vez ocurre en el primer trimestre del embarazo.
Interrupción de la menstruación
Al cabo de dos semanas de ocurrida la fecundación
se notará la ausencia de menstruación.
El cese de la menstruación en una mujer sana en edad reproductiva y sexualmente
activa, que hasta entonces ha tenido un ciclo menstrual regular y predecibles,
es un signo muy sugestivo del embarazo. Es un signo sospechoso del embarazo
denominado amenorrea y no es exclusivo de la gestación.
Además del embarazo son causas de la amenorrea enfermedades
físicas (algunas de cierta gravedad, como tumores del ovario,
trastornos de la glándula tiroides y muchas otras), un choque muy
fuerte, anorexia, el efecto de un viaje en avión, una
operación, estrés
o la ansiedad
pueden retrasar la menstruación.
En ocasiones, después de la concepción, se
observan uno o dos episodios de hemorragia
uterina que simulan la menstruación y se confunden con ella. Es denominado
signo de Long-Evans y es más frecuente en multíparas que en primigestas.
Gustos y antojos
El cambio en el gusto y la preferencia por
ciertos alimentos puede ser uno de los primeros signos. Es común el rechazo a
ciertos alimentos, bebidas y olores como el humo de los cigarrillos.5
A menudo se describe un sabor metálico en la boca que hace variar el gusto por
los alimentos. Se cree que los antojos se deben al aumento de los niveles
hormonales; a veces se experimentan en la segunda mitad del ciclo menstrual por
el mismo motivo. No satisfaga antojos con alimentos de alto contenido calórico,
cuyo poder nutritivo sea bajo.
Deseos frecuentes de orinar
A medida que se extiende el útero, oprime la vejiga.
Por tanto, ésta trata de expulsar pequeñas cantidades de orina, y muchas
mujeres sienten deseos frecuentes de orinar desde la primera semana tras la
concepción; quizás necesiten ir al cuarto de baño cada hora. Esto también se
debe al efecto de la progesterona, ya que es un potente relajante de músculo liso,
(que es el músculo del cual está formado la vejiga, el útero y otros órganos)
lo cual sirve para manterner al útero en reposo hasta el momento del parto.
Salvo que sienta ardor o dolor al orinar, no es necesario que consulte al
médico. Hacia las 12 semanas, el tamaño del útero aumentará, de modo que subirá
y saldrá de la cavidad pelviana. Esto reducirá la presión sobre la vejiga y la
frecuencia de la micción por lo que la vejiga se va hacia un lado.
Cambios en las mamas
Ocurre congestión y turgencia en los senos debido
al factor hormonal y la aparición del calostro.
Puede aparecer en etapas precoces de la gestación por el aumento de la prolactina,
entre otras hormonas. Las areolas se vuelven más sensibles e hiperpigmentadas.
Manifestaciones cutáneas
Existe una hiperpigmentación de ciertas áreas de la piel
durante el embarazo. Aparecen también en algunas embarazadas estrías
abdominales y a nivel de las mamas. En otras mujeres se nota la aparición de cloasmas
a nivel de la piel
de la cara. Estas hiperpigmentaciones pueden presentarse con uso de anticonceptivos orales y en enfermedades del colágeno,
mientras que las estrías son también un signo en el síndrome de Cushing.
Mucosa vaginal
Como consecuencia del aumento en la
vascularización de la vagina y el cuello del útero durante el embarazo por el efecto
vascularizante de la progesterona, se nota que la mucosa de estas estructuras
se vuelve de un color violeta. A este cambio azulado de la mucosa vaginal y del
cuello del útero se lo conoce como el signo de Chadwick - Jacquemier.
Signos de probabilidad
Son signos y síntomas fundamentalmente
característicos del embarazo que aportan un alto nivel de probabilidad al
diagnóstico del embarazo.
Determinaciones hormonales
La presencia de la hormona gonadotropina
coriónica humana (hCG) en el plasma materno y su excreción por la orina son la
base de los estudios hormonales del embarazo. La producción de esta hormona por
el sincitiotrofoblasto comienza muy temprano en el
embarazo. Las pruebas sensibles pueden detectar a la hormona hCG en el plasma
materno o en la orina 9 o 10 días después de la ovulación.9
Esta hormona es la base de la mayoría de las pruebas de embarazo, aunque pueden usar
técnicas diferentes, como el radioinmunoensayo,
anticuerpos monoclonales, inmunofluorescencia y las pruebas caseras que
usan el principio de hemaglutinación. Otras hormonas que aumentan
con el embarazo incluyen a los estrógenos, en especial el estriol,
y la progesterona.
Tamaño abdominal
Por lo general, hacia las doce semanas de la
gestación se hace posible palpar el útero por encima de la sínfisis púbica o monte de venus. Desde ese
momento, el útero continúa aumentando gradualmente hasta el final del embarazo.
El aumento del tamaño abdominal puede también deberse a otras causas que
excluyen al embarazo, como son los miomas uterinos, tumores de ovario, ascitis,
etc.
Formas del útero
A partir de las ocho semanas de la gestación la
presión del producto de la gestación hace que se ocupen los fondos de saco que
se forman en la unión de la vagina con los lados del cuello uterino. De modo
que se percibe en el tacto vaginal, la forma redondeada y turgente del útero al
explorar los lados profundos del cuello uterino.
A partir de la sexta a octava semana del embarazo,
durante el examen bimanual del útero se siente blando en exceso, pastoso y
elástico—en especial el istmo del útero—en contraste con la dureza y firmeza
del cuello uterino.
Al realizar la exploración física del útero, en
especial si la implantación del embrión
ocurrió cercano a uno de los orificios de las trompas de Falopio, se percibe una asimetría
con prominencia hacia el cuerno uterino que sostiene la implantación. Es un
signo que puede observarse también con el uso de anticonceptivos orales.
Relacionado con cambios del cuello uterino, el
cual se vuelve blando con el embarazo a diferencia de su consistencia dura en
estados no gestacionales. Se hace la analogía de sentir el cuello uterino como
tocar los labios bucales, en vez de sentirlo normalmente como sería el tocarse
la punta de la nariz.
Contracciones de Braxton Hicks
Después de la semana 17 de gestación, se perciben
leves contracciones uterinas, endureciéndose por momentos con la finalidad de
facilitar un mejor flujo sanguíneo hacia la placenta, el endometrio y el feto. Estas
contracciones se caracterizan porque abarcan todo el útero, comenzando en la
parte superior y extendiéndose gradualmente hacia abajo y tienden a ayudar a
que el útero crezca. Se diferencian de las contracciones de parto porque suelen
ser sin dolor e irregulares.
Peloteo fetal
Durante la segunda mitad del embarazo, entre el
cuarto y quinto mes se puede palpar partes fetales a través del tacto vaginal.
Cuando el examinador empuja levemente el fondo de saco que rodea al cuello
uterino puede apreciar la separación del feto de su dedo y el regreso del mismo
a su posición inicial en contacto con el dedo del examinador. Es un signo que
en raras ocasiones puede sentirse en tumores voluminosos del ovario
concomitante con ascitis.
Palpación del feto
Aproximadamente a partir del quinto mes del
embarazo es posible para un examinador experimentado sentir las partes fetales
a través de la pared abdominal materna, maniobra que es más exitosa hacia el
término del embarazo. Partes similares pueden ser palpables ante tumores
intraabdominales, algunos miomas subserosos pueden, por ejemplo, llegar a tener
el mismo tamaño y consistencia que la cabeza fetal, causando errores en el
diagnóstico.
Signos de certeza de un embarazo
Los signos positivos de certeza de un embarazo
consisten en poder demostrar sin error la presencia de estructuras embrionarias
mediante ultrasonido
y otras imágenes radiológicas.
Actividad cardíaca fetal
La identificación de pulsaciones cardíacas
fetales separadas y distintas de las de la madre asegura el diagnóstico del
embarazo. Se puede auscultar la actividad cardíaca fetal con un estetoscopio
o un fetoscopio especial o con una ecografía Doppler. El latido cardíaco fetal es
rápido—entre 120 y 160 latidos por minuto—y puede ser identificado con
exactitud a partir de la semana 19 y 20, excepto en mujeres obesas
en las que se dificulta escuchar el foco fetal.
Rastreo ecográfico
En cualquier momento del embarazo, en especial en
presencia de un feto maduro en la segunda mitad del embarazo, es posible
demostrar por ecografía transabdominal bidimensional o tridimensional tanto sus
partes anatómicas como el saco vitelino.
Factores de riesgo
Diversos factores aumentan la posibilidad de que
una mujer tenga un embarazo de riesgo. Desde el punto de vista global y sobre
todo médico la clasificación del riesgo obstétrico se puede dividir en las
siguientes clases:
Riesgo bajo ó 0
Por exclusión de los factores incluidos en los
demás grupos de riesgo
Riesgo medio ó 1
- Anomalía pélvica identificada clínica y/o
radiológicamente.
- Baja estatura materna (< 1.5 metros)
- Cardiopatía 1: que no limita su actividad
física.
- Condiciones socioeconómicas desfavorables.
- Patología psicosocial.
- Control insuficiente de la gestación: menos de
4 visitas prenatales o 1a visita después de la semana 20.
- Edad extrema: menores de 15 años o mayores de
35. Embarazo no deseado.
- Esterilidad previa de 2 o más años.
- Fumadora habitual.
- Fecha de la última menstruación incierta.
- Gestante con Rh negativo.
- Gran multiparidad: 5 o más fetos de por lo
menos 28 semanas.
- Hemorragia del primer trimestre de embarazo.
- Incompatibilidad Rh.
- Incremento de peso menor de 5 Kg o superior a
15 Kg al final del embarazo
- Infección urinaria baja o bacteriuria
asintomática (por urinocultivo) Obesidad (IMC >30)
- Período intergenésico inferior a 12 meses.
Riesgo alto ó 2
- Anemia grave. Hb < 9 g/dl o hematocrito<
25% Cardiopatía 2: limitación ligera de su actividad física. Cirugía uterina
previa.
- Diabetes gestacional.
- Embarazo gemelar o múltiple.
- Embarazo prolongado: más de 42 semanas de
gestación. Enfermedades endocrinológicas.
- Hemorragia en el segundo y /o en el tercer
trimestre.
- Hidramnios u oligoamnios.
- Historia obstétrica desfavorable: dos o más
abortos, uno o más prematuros, partos distócicos, deficiencia mental o
sensorial de probable origen obstétrico.
- Infección materna: virus de la hepatitis B o C,
toxoplasmosis, pie- lonefritis, rubeola, sífilis, HIV, estreptococo B.
- Obesidad mórbida (IMC >40).
- Preeclampsia leve (TAD ≥ 90 mmHg y/o TAS ≥ 140
mmHg) Sospecha de malformación fetal.
- Presentación viciosa constatada tras la semana
38 de gestación.
Riesgo muy alto ó 3
- Amenaza de parto prematuro (antes de la semana
37).
- Cardiopatías 3 o 4: supone una importante
limitación de su activi- dad física o ésta provoca su descompensación.
- Diabetes mellitus previa a la gestación.
- Consumo de tóxicos (alcohol, drogas)
- Incompetencia cervical.
- Isoinmunización: Coombs indirecto positivo en
paciente Rh nega- tivo.
- Malformación uterina.
- Muerte perinatal recurrente.
- Placenta previa.
- Preeclampsia grave (TAD ≥ 110 mmHg y/o TAS ≥
160 mmHg)
- Patología asociada grave.
- Retraso del crecimiento intrauterino.
- Rotura prematura de membranas.
- Positividad al VIH. SIDA y complejos asociados.
Embarazos de cuidado especial
Hay embarazos que, por sus especiales
circunstancias, requieren un cuidado y un seguimiento específico. En ellos
pueden surgir complicaciones o problemas imprevistos que deben ser atendidos
pronta y profesionalmente para evitar colocar a la madre o al bebé en situación
de riesgo.
Embarazadas desnutridas
La nutrición de la mujer antes, durante y después
del embarazo es fundamental para tener niños sanos. Los requerimientos de
nutrientes aumentan considerablemente durante el embarazo y la lactancia. Una
mujer que llega desnutrida o se desnutre en el embarazo puede
tener complicaciones durante este y el parto. Así como posibilidades de tener
un hijo de bajo peso al nacer (menor a 2,500 g). Estos niños tiene más
posibilidades de:
- crecer y desarrollarse con retraso
- contraer infecciones y morir (el riesgo aumenta cuanto menor sea el peso del nacido).
- tener bajas reservas de micronutrientes, lo que puede llevar a enfermedades como la anemia, deficiencia en Zinc o vitamina A, etc.
- riesgos a desarrollar enfermedades cardíacas, hipertensión, obesidad y diabetes de adultos.
Embarazos en adolescentes
El 40% de mujeres en países en vías de desarrollo
tiene un parto antes de cumplir 20 años. Muy pocos de estos embarazos son
planeados o deseados por las adolescentes. Muchas de ellas son forzadas por las
presiones sociales a tener matrimonios tempranos y embarazos tempranos, o son
resultado de adolescentes a las que se les negó libre acceso a anticonceptivos.
El embarazo en adolescentes puede tener consecuencias adversas para la salud
tanto de corto plazo como de largo plazo. En el corto plazo el resultado del
embarazo será muy probablemente desfavorable. Una razón es biomédica. La niña
adolescente embarazada es más propensa a sufrir toxemia de embarazo y
desproporción cefalo-pélvica cuando los huesos de la pelvis no se han
desarrollado completamente. y tiene más probabilidades de tener un bebé con
bajo peso de nacimiento. Otro tipo de consecuencias a largo plazo son las fístulas obstétricas, que
a consecuencia del trabajo de parto prolongado u obstruido, es un orificio
entre la vagina y la vejiga o el recto, lo cual causa que la mujer padezca de
incontinencia crónica. Este padecimiento afecta a más de dos millones de niñas
y mujeres en todo el mundo y se estima que cada año se agregan entre 50.000 y
100.000 nuevos casos.
Las embarazadas adolescentes tienen mayor
posibilidad de tener desnutrición y de dar a luz a hijos con bajo peso. Por
motivos físicos y sociales:
- sus cuerpos aún no están del todo desarrollados, por esto sus necesidades de nutrientes son muy altas durante el embrazo. Además tiene mayores posibilidades de morir durante el embarazo o lactancia que las mujeres mayores. Esto debido principalmente al nivel de pobreza en que viven, que no solo expone a la madre si no tambien a los hijos. Se observa que la situacion de las embarazadas se presento como compleja y dificil antes, durante y después del nacimiento, esto debido a las carencias económicas. El factor pobreza origina menores oportunidades de educación, educación que disminuiria los embarazoz a temprana edad y en consecuencia la pobreza. Esto debido a que si el embarazo se presenta en condiciones de pobreza tendra seguramente condiciones económicas y sociales., la repetición intergeneracional del embarazo adolescente puede ser un mecanismo intermediario en la reproducción intergeneracional de la pobreza.
- algunas niñas temen decir que están embarazadas, y por este motivo retrasan los cuidado prenatales. Algunas niñas son obligadas a dejar la escuela y en algunos casos sus casa, por lo que deben buscar sustento para ellas mismas, y en algunos casos recurren a la prostitución para conseguirlo.
Estos peligros se pueden procurar advirtiendo a
niñas y adolescentes de los riesgos del embarazo y explicando los distintos
métodos anticonceptivos. Además se las debe observar y aconsejar si están
embarazadas.
Anemia
El estado de anemia ya
existente no es obstáculo para el embarazo: un 20% de las mujeres pueden estar
algo anémicas antes de concebir. La forma más común de anemia se debe
a la pérdida de sangre durante la menstruación, y es una anemia por
deficiencia de hierro (cuando el nivel de hemoglobina
es inferior a 12,8 g/100 ml de sangre). Antes de concebir sería conveniente
consultar al médico, quien podrá corregir fácilmente la anemia por
deficiencia de hierro
con un tratamiento específico. También podrá aumentar la ingestión de alimentos
ricos en hierro.
Hemorragia preparto
Antes de las 24 semanas, una hemorragia vaginal
puede desembocar en aborto. Después, el feto se considera viable,
es decir que podría sobrevivir fuera del útero materno. La hemorragia tras las
24 semanas se conoce como hemorragia preparto, y las dos causas principales
proceden de la placenta.
Desprendimiento de placenta
Si la placenta se desprende del útero, se
producirá hemorragia. La sangre se acumula hasta derramarse por el cuello del
útero, y va acompañado de dolor intenso y contracciones uterinas. Se considera
una urgencia obstétrica, ya que pone en peligro la vida tanto de la madre como
la del feto y solo en casos muy especiales no termina en cesárea de urgencia.
Placenta previa
Cuando la placenta está adherida a la parte
inferior de la pared del útero, se denomina placenta previa. Si se encuentra
total o parcialmente sobre el cuello uterino, puede resultar peligrosa durante
el parto, al provocar hemorragia e interrumpir la circulación sanguínea del
feto. El problema se detecta con ultrasonido. Si se produce hemorragia, la
ingresarán en el hospital y el niño nacerá mediante cesárea.
Diabetes
Si la embarazada tiene diabetes
mellitus debe asegurarse de tener bajo control su situación antes de
quedarse embarazada, para que las posibilidades de tener un hijo sano y un
parto normal sean lo más altas posibles. Es probable que necesite una mayor
cantidad de insulina
durante el embarazo por lo cual debe realizarse un seguimiento médico estricto,
para el seguimiento del bienestar fetal, monitoreo de los niveles de glicemia y
manejo dietético.
Hay mujeres a quienes se les diagnostica diabetes mellitus gestacional, un tipo de
diabetes que se desarrolla sólo durante el embarazo y que suele desaparecer
poco después del parto. Los riesgos de este tipo de diabetes son menores y
raramente se precisa insulina; con reducir la ingesta de azúcar suele ser
suficiente.
La complicación principal en los hijos de madres
con diabetes gestacional es la macrosomía
fetal (niños con peso mayor de 4 kilos)
Embarazo ectópico
El embarazo ectópico se desarrolla fuera
del útero, por lo general en una de las trompas de Falopio, pero puede ser
también en los ovarios, en el cuello uterino, o en órganos intraabdominales.
Puede provocar dolor abdominal por el crecimiento del embrión en la trompa o
por una hemorragia abdominal interna. Desgraciadamente, es difícil diagnosticar
un embarazo ectópico y todavía hay mujeres que mueren como consecuencia de
ello. Hay una serie de condicionantes que favorecen el aumento de riesgo de
padecer embarazos ectópicos. Entre ellos, una historia anterior de infección
pélvica, el uso de un dispositivo intrauterino contraceptivo (aunque no la
espiral de Mirena) y un embarazo ectópico previo. Las mujeres que reúnan alguno
de los condicionantes referidos son controladas de inmediato en un centro
maternal para asegurarse de que el desarrollo del embarazo es normal. El
embarazo ectópico debe ser tratado mediante cirugía o con un fármaco. Las
operaciones consisten en cirugía laparoscópica o abierta, dependiendo de las
circunstancias y de las condiciones de la madre, y suelen conllevar la
extirpación de la trompa afectada. Suelen causar una reducción de la
fertilidad.
Cardiopatía
La mayoría de las mujeres con problemas
cardiológicos llevan un embarazo perfecto, aunque a veces deban
recurrir a los antibióticos para proteger sus arterias en el momento de dar a
luz. Si padece alguna cardiopatía importante, el cardiólogo se encargará de
comunicárselo. Las mujeres con marcapasos, un trasplante de corazón y otra operación
coronaria pueden llevar un embarazo seguro y normal. Las que presenten
anormalidades musculares deben consultarlo antes de quedarse embarazadas.
Hipertensión
Hipertensión gestacional, es la aparición
de hipertensión
por encima de 140/90 mmHg, en una gestante sin diagnóstico previo, después de
las 20 semanas de embarazo. Si existe hipertensión previa al embarazo, requiere
chequeo médico y tratamiento antes de la gestación. Posiblemente requiera
cambio de fármacos y un seguimiento de la función renal. Con el seguimiento
adecuado es factible tener un embarazo y parto normales. Si durante el embarazo
desarrolla hipertensión gestacional, puede requerir
tratamiento ambulatorio u hospitalario, dependiendo de la severidad. En
ocasiones se requiere adelantar el parto, mediante inducción o cesárea,
para prevenir complicaciones para la madre y el feto. Un aumento de la
presión arterial a partir de la semana 20 del embarazo puede ser síntoma de preeclampsia,
una afección que potencialmente amenaza la vida de la gestante y el recién
nacido.
Datos importantes
- Entre las semanas 18 y 20 se comienza la percepción de los movimientos fetales.
- En la semana 38 de embarazo el médico podrá realizar un diagnóstico de estrechez pélvica.
- En la semana 20 el corazón fetal tendrá un ritmo cardíaco de entre 110-160 ppm el cuál se percibirá a través de estetoscopio.
Cambios fisiológicos durante el embarazo
La mujer embarazada se encuentra en un estado hipervolémico
crónico. El volumen de agua corporal total se incrementa debido al aumento de
la retención de sal y agua por los riñones.
Esta mayor cantidad de agua ocasiona dilución de la sangre, lo que explicaría
la anemia
fisiológica propia del embarazo que persiste durante todo el embarazo.
El aumento del volumen sanguíneo causa un aumento
en el gasto cardiaco, el volumen urinario y el peso
materno. La acción de la ciertas prostaglandinas
causa broncodilatación y aumento
en la frecuencia respiratoria. A nivel renal se
ve una leve disminución en la depuración de creatinina,
y otros metabolitos.
El peso de la madre durante el embarazo aumenta a
expensas del peso del feto, el peso del líquido amniótico, placenta y membranas
ovulares, el incremento del tamaño del útero, la retención de líquidos maternos
y el inevitable depósito de grasa en tejidos maternos. El metabolismo
de la madre también incrementa durante el embarazo.
La frecuencia cardíaca incrementa hasta un
promedio de 90 latidos por minuto. La tensión arterial se mantiene constante o a
menudo levemente disminuida. La resistencia venosa aumenta, en especial por
debajo de la cintura gestante. El corazón
tiende a aumentar de tamaño, condición llamada hipertrofia ventricular especialmente
izquierda y desaparece a las pocas semanas después del alumbramiento.
La presencia circulante de prostaglandinas causa vasodilatación
en oposición a los vasoconstrictores fisiológicos angiotensina
y noradrenalina,
en especial porque la angiotensina II aumenta para mantener la
presión arterial normal. La hipertensión y la aparición de edema son por lo general
signos de alarma en el embarazo.
La tasa o índice de filtrado glomerular y la
perfusión del riñón aumentan a expensas del aumento del gasto cardíaco y la
vasodilatación renal. Ello causa un leve aumento de los valores de creatinina
en sangre por disminución del aclaramiento de creatinina e igualmente de
nitrógeno ureico. La
disminución de la presión parcial de dióxido de carbono en la sangre materna causa
un aumento en la excreción renal de bicarbonato.
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